domingo, 11 de mayo de 2008

Entrenando niños

En el top ten de los temas controvertidos dentro del mundo de las pesas los mayores laureles se los lleva el entrenamiento en niños. Lo que más preocupa a los padres en general es que el entrenamiento con pesas pueda afectar el crecimiento de sus hijos o incluso que se queden “duros y acortados” (faltos de flexibilidad).
¿Alguna vez se preguntaron desde que edad se puede levantar peso?, algunos pensarán que después del “estirón”, pero esto no es así, es más, el adecuado entrenamiento favorece el crecimiento, es común ver un mayor crecimiento y desarrollo en niños y adolescentes que realizan ejercicio físico. A nadie se le ocurre esperar a que su hijo cumpla 18 para dejarlo jugar al fútbol, pero las pesas asustan, un niño puede hacer lagartijas, pero no press de banca, puede llevar un amigo en andas, pero no hacer sentadilla, puede colgarse de un árbol pero no hacer dorsal en polea.

El entrenamiento con pesas les enseña a los niños la manera correcta de hacer fuerza, o levantar peso, además asegura el fortalecimiento de todos los grupos musculares lo que asegura que no hallan desbalances articulares, y no todos los deportes pueden asegurar esto.

Lo que todo padre (y todo niño) debe saber es qué se puede lograr con el entrenamiento, no crean padres (ni pretendan niños), que entrenar con pesas hará que sus hijos sean pequeños fisicoculturistas. La falta de maduración hormonal no les permite lograr más que una leve hipertrofia (tonificación), lo que si lograrán es una excelente base de fuerza por la estimulación del sistema neuromotor, que podrá ser utilizada luego para cualquier deporte.

Lo mejor que se puede hacer es acercarse al entrenador y consultarlo, o mejor aún, apúntate junto con tu hijo o hija en un gimnasio y entrenen juntos, esto además de “espantar” los mitos refuerza ese vínculo especial.

Lo que todo entrenador debe considerar (y nos referimos a cualquier deporte) es la multilateralidad del entrenamiento y no la especificidad, ya que no podemos olvidar que no estamos entrenando atletas sino niños y es nuestro deber formar las bases para su futuro desempeño. “Las pesas” no son malas, el problema son los ejercicios mal ejecutados y los malos entrenadores.

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