jueves, 13 de noviembre de 2008

Sin dolor… ¿no hay progreso?

El clásico “no pain, no gain”. Es común escuchar esta frase en películas donde el entrenador hace sufrir a su atleta que al final sale victorioso.
¿Es realmente necesario sufrir, para lograr progresos? Hay veces que si y hay veces que no, todo va a depender de: para qué y para quién. Pero como estamos en la época del año donde el calor ya nos va obligando a mostrar nuestros cuerpos celosamente guardados bajo kilos de ropa, la gran pregunta es ¿para estar en forma hay que sufrir? Nuevamente la respuesta dependerá de cada persona, de su genética, de qué tan lejos está de su objetivo, etc.
Si los dioses de la genética fueron benévolos contigo, probablemente con muy poco esfuerzo llegues a tener el cuerpo que deseas. Si eres descendiente directo de estos dioses ya debes tener un cuerpo escultural (y te odiamos por eso). En cambio si eres como la gran mayoría de nosotros, viles mortales, te esperan malas noticias. Deberás esculpir tu cuerpo con sudor y lágrimas en vez de cincel y martillo (hoy me levanté poeta).
Aunque suene un tanto apocalíptico, esto es así. Pero existen tres grupos genéticos, los llamados biotipos (endomorfo, ectomorfo y mesomorfo) y dependiendo cual sea el tuyo tendrás más facilidad o dificultad a la hora de ponerte en forma.
Hoy daremos un concepto muy general y simplificado, si les interesa el tema más adelante lo ampliamos. Comencemos con el mesomorfo: es el que ya nació en forma; el ectomorfo es el delgado de huesos finos, de metabolismo rápido, con facilidad para perder grasa y dificultad para ganar masa muscular. El endomorfo es todo lo contrario: de metabolismo lento gran facilidad para el volumen muscular, pero con dificultades a la hora de eliminar grasa. Claro está que no existen los biotipos puros, todos tenemos características de uno y otro, o sea que puede ser que tengas dificultad para perder grasa y dificultad para ganar masa muscular (mucha mala suerte). Pero cualquiera sea el grupo en el que te encuentres, si das todo en cada entrenamiento, te aseguro que conseguirás grandes logros.

domingo, 2 de noviembre de 2008

De pie por favor (parte II)

Tal vez hace mucho que sufres de las rodillas o la columna y nunca se lo atribuiste a tu pie plano. Quizás sea hora de replantearte las cosas. Esto no quiere decir que todos los problemas de columnas y rodilla sean culpa del pie plano, claro que no, pero puede ser una posibilidad.
Imaginemos toda esa estructura en movimiento, toda esa fuerza siendo descargada hacia los pies, si nuestros “sistemas de amortiguación” no funcionan correctamente las cosas se complican. De aquí la importancia de la prominencia en el calzado, para salvaguardar la integridad de nuestro arco plantar, más cuando realizamos actividad física regular, que estas fuerzas se ven aumentadas.
En parte también la responsabilidad de elegir el calzado adecuado para proteger, como ya vimos, algo más que nuestros pies. Ahora llega la pregunta del millón, ¿que pasa si ya tengo pie plano?, ¿no puedo realizar actividad física?, ¿estoy condenado/a a sufrir de la columna?
Como diría Fito Páez, ¿quien dijo que todo está perdido?, lo primero es consultar con un especialista (ortopedista), que determine que tan grave es el asunto, o sea que tan vencido está nuestro arco del pie. Luego en casas especializadas conseguiremos accesorios (plantares) hechos a medida que nos proporcionarán el apoyo justo que necesitamos, lo ideal sería tener uno para diario y otro para realizar ejercicio.
Como complemento se pueden realizar ejercicios de fortalecimiento plantar, hay algunos especialistas que dicen que sirven y otros que dicen que no, en lo personal creo que ayudan y por lo tanto aquí van dos ejercicios básicos y muy fáciles.
Ambos se practican descalzos, uno se trata de “jugar” con una pelota de tenis con la planta del pie, como si la estuviéramos amasando. Para el otro se coloca una toalla en el piso y con los dedos de los pies se trata de “enrollarla” alternando movimientos de flexo-extensión del pie.
Con tan solo unos minutos al día podríamos ganar calidad de vida para el futuro.