sábado, 22 de marzo de 2008

Los mitos televisivos (parte I)

Tratar de tener una zona media esbelta y marcada, nos hace experimentar con todo tipo de dietas milagrosas, cremas y bebidas disuelve grasas y por supuesto todo tipo de aparatos mágicos que aparte de hacernos adelgazar con tan solo 15 minutos diarios, se pueden guardar debajo de la cama.
Por eso hoy trataremos de esclarecer ciertos temas que a causa de la venta televisiva se han dado por ciertos.

1) Dietas milagrosas: Este tipo de planes alimenticios que podemos llevar a cabo por unas cuantas semanas y obtener el cuerpo soñado, pueden traernos más problemas que beneficios. La pérdida de peso saludable se ha establecido en 500 grs por semana, por lo tanto ese peso extra que perdemos es agua y masa muscular. Peso que muy probablemente recuperemos al terminar el régimen, sobre todo si no realizamos actividad física. Lo ideal no es hacer dieta tras dieta sino cambiar nuestros hábitos alimenticios hacia una dieta sana y equilibrada.

2) Cremas y bebidas disuelve grasas: Recuerdan esa ley de la física que dice “nada se pierde, todo se transforma”, bueno esto es así para todo. La grasa que se “disuelve” es la de los platos, la grasa del cuerpo humano, hay que utilizarla como energía por medio del metabolismo aeróbico. El ejercicio aeróbico regular nos permite que desciendan los niveles de ácidos grasos extra celulares y se incrementen los intracelulares, ¿y eso es bueno? Claro que es bueno, desde ahí pueden ingresar al ciclo de Krebs para ser utilizadas como energía.

3) Aparatos mágicos: Ya no entra más nada debajo de tu cama, porque tienes la más amplia colección de aparatos para trabajar el abdomen, fajas de neopreno, parches de estimulación eléctrica, etc. Este tema quizás sea el más común a todos nosotros por lo tanto lo abordaremos en la siguiente ficha de entrenamiento.

Salute.

lunes, 17 de marzo de 2008

Entrenando la fuerza…de voluntad

El lunes empiezo… ¿cuantas veces hemos dicho y/o escuchado estas palabras?

La voluntad es una capacidad que se entrena. Es la piedra fundamental para comenzar un programa de entrenamiento de cualquier índole. Seamos sinceros con nosotros mismos, no es que “no puedo” o que “se me complica”, es que no nos da la voluntad.

El uruguayo promedio no tiene hábito de realizar ejercicio y esta situación empeora día a día. Nuestros jóvenes son cada vez más sedentarios, entre videojuegos y cibercafés, el hábito del ejercicio se está perdiendo. Paradójicamente, el fitness está cobrando auge y cada vez más gente concurre a los gimnasios, claro que la mayoría abandona antes de los tres meses.

¿Y cual el gran problema? Son varios, pero uno de ellos es la falta de voluntad, o la voluntad desentrenada, otro es la falta de criterio.

Te levantas un día con las pilas cargadas y te decidís a apuntarte en el gimnasio, la última vez que hiciste algo fue en el liceo, han pasado algunos años, por eso el entrenador te recomienda empezar de a poco. ¿De a poco? Noo, voy a venir todos los días, además estoy saliendo a correr, voy a empezar a jugar a la paleta con unos amigos, deje la cerveza y estoy haciendo una dieta de la tele (¿?).

Al cabo de algunas semanas, cansado, hambriento y dolorido, la voluntad te abandona, y todo porque no supiste entrenarla.

Cuando comenzamos un programa de entrenamiento debemos ir paso a paso, dando tiempo a que se den los procesos tanto fisiológicos como volitivos. Si comenzamos con una rutina adecuada a nuestro estado físico, el cuerpo se adapta y la voluntad también.

Debemos esperar para exigirnos más cuando ya tengamos el hábito, cuando entrenar ya forme parte de nuestra rutina diaria, y claro está que debe ser paulatinamente.

Si te gustaría salir a correr todos los días y tu voluntad no te ayuda, podrías comenzar con una caminata de tres veces por semana, veinte o treinta minutos podría ser lo adecuado y habrás dado el primer paso. Es tan solo un ejemplo, cualquiera sea el deporte de tu preferencia, acuérdate que además del cuerpo hay que entrenar la fuerza de voluntad.

Nos vemos.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Una lanza por el step

El step es una de las variantes de la gimnasia aeróbica, el mismo consiste en “subir y bajar” de una plataforma, contando con una amplia variedad de patrones de movimiento.
Las clases de step pueden abarcar desde los pasos más simples hasta las coreografías más complejas, dependiendo tanto del nivel físico-técnico del grupo, como de la destreza y conocimientos del instructor. Pudiendo llegar a ser una de las clases más desafiantes, afectando no solo la resistencia aeróbica, sino también cualidades como: la concentración, la memoria, el equilibrio, la coordinación, etc.

En ocasiones se atribuye a esta actividad ser la causante de problemas de rodilla, pero no olvidemos que al igual que cualquier otro entrenamiento debemos conocer la técnica de ejecución correcta, y mantener una correcta relación entre el volumen del entrenamiento, su frecuencia y su intensidad.

Además cabe destacar que Gin Miller, su creadora, lo desarrolló para rehabilitarse de una lesión en esa articulación. O sea que antes de decir “yo no hago step porque me destrozó las rodillas”, deberíamos fijarnos en como era nuestra técnica de ejecución, si la música que utilizaba el docente no era demasiado rápida, si los pasos estaban correctamente explicados, si las progresiones metodológicas eran las correctas, si el nivel del grupo era adecuado para nosotros, si el calzado era el adecuado.
Sin dudas que es una actividad aeróbica que lleva muchas precauciones, y que quien dicte la clase debe tener los conocimientos suficientes como para fundamentar biomecánica y metodológicamente las progresiones y los patrones de movimiento que ha elegido. Y también está muy claro que debemos tener la suficiente autocrítica como para darnos cuenta si un grupo es muy avanzado para nosotros y abandonar la clase antes de lastimarnos.
¿A que queremos llegar con todo esto? No achaquemos nuestros errores o los de los demás a una actividad que realizada correctamente es saludable y entretenida.
Por eso hoy he decidido quebrar esta lanza por el step.

domingo, 2 de marzo de 2008

Osteoporosis y ejercicio (parte II)

La vez anterior comenzamos la tarea de explicar como y porque nos ayuda

el ejercicio en el tratamiento y prevención de la osteoporosis.

Vimos que el ejercicio más adecuado sería el entrenamiento con pesas ya que la tracción que

ejercen los músculos sobre los huesos estimula el mecanostato óseo.

Este estímulo generado en el punto de tracción muscular es diseminado por todo el hueso,

haciéndolo más fuerte en su totalidad y no solo donde se inserta el tendón del músculo. Así

mismo la inactividad logrará el efecto contrario y seremos más propensos a la pérdida de masa

ósea.

Dados estos factores podemos decir que si llevamos una adecuada actividad física durante

nuestra vida, cuando llegue la época de nuestra vida en que disminuye la densidad de nuestros

huesos, contaremos con un buen capital óseo, lo cual redundará en una menor pérdida de hueso,

mientras mejor estén nuestros huesos menos nos afectará la osteoporosis.

Quizás una persona que en estos momentos sufra los efectos de la osteoporosis lea esto y piense:

“¡¡¡si hubiera sabido esto antes!!!”, pero hay una buena noticia, el adecuado entrenamiento con

pesas puede frenar en incluso revertir (en cierta medida) la osteoporosis.

No estamos aconsejando que usted en su casa se ponga a levantar pesas porque “leí en el diario

que es bueno para la osteoporosis”, de ninguna manera.

Generalmente este tipo de patologías no se presenta solo, por lo tanto será el entrenador el

encargado de determinar que ejercicios hacer y como hacerlos, ya que una ejecución incorrecta

sumada a unos huesos débiles, podría ser contraproducente.

Es bastante común que la osteoporosis sea acompañada por artrosis, siendo así (dependiendo del

caso) podría ser desaconsejado el entrenamiento con pesas, y son más aconsejables el ejercicio

aeróbico y ejercicios de movilidad, para no perder el arco de movilidad y el tono muscular. De

todas maneras en casos como este la última palabra la tendrá el médico.
Si ya sufren de estas

patologías consulten a su médico y traten de mantenerse activos.

Chau.